A nadie le es grato pagar impuestos, pero lamentablemente no sólo es una obligación ineludible de todo empresario y ciudadano, sino que el no hacerlo puede ponernos en problemas. No obstante, es legítimo querer pagar la menor cantidad de impuestos, dentro de lo que permite la ley. En ese sentido, aplicar el concepto de escudo fiscal o escudo tributario, puede ayudar a lograr ese objetivo. En este post explico el concepto de escudo tributario y hablo sobre la importancia de los escudos fiscales, para hacer que los impuestos trabajen para ti.
¿Qué es un escudo fiscal?
Se habla de escudo tributario o escudo fiscal al efecto de reducir el monto de impuestos a pagar, como resultado de realizar cierto tipo de gastos.
En realidad, todos los gastos en que se incurren, reducen la cantidad de impuestos a pagar. Esto se debe a que reducen la cantidad de ganancias que obtiene la empresa al final del período fiscal.
Hay que tener en cuenta sin embargo que puede haber algunos gastos que no sean deducibles de impuestos. Ello dependerá de las particularidades de la legislación tributaria en cada país.
También representan un escudo fiscal aquellos ingresos que no están afectos o que estén exonerados del pago de impuestos, pero es poco común.
Sin embargo, para poder aprovechar las ventajas de los escudos fiscales, es imprescindible que la empresa tenga utilidades. De no ser así, no habrían impuestos que pagar y por lo tanto, nada de donde deducir.
¿Cuál es la importancia de un escudo fiscal?
La importancia del escudo fiscal se puede explicar en forma simple y fácil de entender: toda acción que reduzca la salida de dinero redundará en una mayor disponibilidad de fondos. El pago del impuesto a la renta es una de ellas y todo empresario sabe lo importante que es tener el dinero disponible para seguir operando.
No obstante, se habla de escudo fiscal principalmente en relación a los gastos relacionados con operaciones como arrendamiento financiero, otras operaciones de financiamiento y a la depreciación.
¿Se puede planificar para pagar menos impuestos?
Existe el concepto de planificación tributaria, que significa planificar las actividades de la empresa con el objetivo de pagar menos impuestos, obviamente dentro de lo que permite la ley.
Eso implica tomar en consideración la posibilidad de utilizar algún tipo de escudo fiscal al momento de tomar decisiones relacionadas con endeudamiento o adquisición de bienes muebles o inmuebles. Todo eso con el fin de hacer el mejor uso del dinero disponible, para lograr los fines del negocio.
¿Cómo funciona un escudo fiscal?
Me voy a referir a los tres tipos de escudo fiscal más comunes, aunque hay operaciones menos frecuentes o sofisticadas, que pueden utilizarse como escudo fiscal.
1. Leasing o arrendamiento financiero
Mediante el leasing, una entidad financiera (arrendadora) adquiere un bien y se lo alquila al cliente (arrendatario), por un plazo definido en un contrato de alquiler. El plazo se extiende que generalmente por la mayor parte de la vida económica del activo.
Al final del período se transfiere la propiedad del bien al arrendatario, a un valor simbólico. A este se le denomina valor residual, que suele ser muy bajo, a pesar de que el activo valga más y esté en condiciones de seguir operando.
El leasing tiene un conjunto de ventajas desde el punto de vista tributario para la empresa, por lo que es una opción de financiamiento preferida por sobre otros tipos de préstamos, sobre todo en el caso de adquisición de activos.
Ventajas que ofrece el leasing
- La operación no se registra como deuda sino como gasto de alquiler, por lo tanto no incrementa el nivel de endeudamiento de la empresa.
- El arrendatario puede depreciar el bien: Si bien la propiedad contable del bien es de la entidad financiera, la propiedad tributaria es del cliente, por lo que podrá cargar la depreciación como un gasto de la empresa.
- Depreciación en menor tiempo: La depreciación del bien se realiza generalmente en un tiempo menor que el normal, ajustándose al plazo del contrato de leasing, por lo que el gasto de depreciación será mayor, en comparación con otras modalidades de adquisición.
- Recuperación del impuesto a las ventas (IVA o IGV): En línea con lo dicho en los puntos anteriores, el arrendatario puede recuperar dicho impuesto, en forma paulatina, a medida que paga las cuotas.
No obstante lo anterior, no es cierto lo que a veces se piensa, que con el leasing la empresa no se endeuda. Igual tiene la obligación de pagar el “alquiler” periódico a la entidad financiera, que incluye intereses, amortización del capital y otros gastos.
Fuentes de escudo fiscal del leasing
Como resumen, el leasing genera las siguientes fuentes de escudo fiscal para la empresa:
- Las cuotas que se pagan al arrendador como un alquiler,
- La depreciación del bien y
- El impuesto a las ventas, sobre el valor del bien, y sobre los intereses y comisiones que cobre el banco.
A pesar del escudo fiscal que ofrece, el leasing no es muy utilizado. Su desconocimiento puede generar temores. Además puede ser difícil utilizar el escudo fiscal cuando una empresa opera de manera informal (algo que puede ser frecuente en las PYMES).
2. Endeudamiento (tomar prestado)
Se trata de cualquier operación en la que una entidad financiera otorga dinero en préstamo, en distintas modalidades. En algunos casos con un fin específico como la adquisición de inmuebles o maquinaria, pero en otros casos de libre disposición.
En los préstamos, generalmente la entidad financiera entrega dinero al cliente y este se compromete a devolverlo en un plazo determinado, pagando por ello intereses, a una tasa pactada previamente con la entidad.
Los intereses que paga la empresa en las operaciones de préstamos o de endeudamiento, representan un escudo fiscal, ya que al disminuir las ganancias, reducen el monto que se paga de impuestos y por lo tanto, hacen más barato el préstamo.
Ejemplo de escudo fiscal por un préstamo
Como ejemplo, supongamos que una empresa obtiene dinero de un banco a una tasa del 7% anual. Si los intereses de este préstamo son deducibles de ganancias (generalmente lo son), y asumiendo que la tasa del impuesto a la renta es de 35%, la tasa de interés que realmente estaría pagando la empresa por el préstamo es 4.55%. ¿De dónde sale ese número? Lo explico en el cuadro siguiente:
Por el contrario, si la misma empresa decidiera financiar la operación con capital propio, el panorama tributario sería distinto. En esos casos la operación no genera escudo fiscal, aunque se le paguen intereses al accionista, ya que en la mayoría de los casos estos no podrán ser deducibles de impuestos.
Por ello, muchas veces es conveniente financiarnos con entidades externas, para obtener el escudo fiscal relacionado. Claro está que la capacidad de endeudamiento de una empresa tiene un límite. Si quieres saber más sobre opciones de financiamiento lee 9 alternativas de financiamiento para PYMES, en mi blog.
3. Depreciación
Cuando una empresa compra un activo, tal como un edificio o un vehículo, no se considera como gasto todo el valor del bien al momento de la compra. La compra se registra en el activo fijo y deberá ser depreciado a lo largo de la vida útil definida.
Se llama depreciación el gasto que incurre la empresa para reflejar el desgaste de sus activos con el uso y el paso del tiempo. La idea es que los activos deben ser reemplazados cuando llegan al final de su vida útil y la depreciación es una forma de que la empresa haga una reserva para poder comprarlos nuevamente, cuando eso ocurra.
La depreciación al igual que los intereses, reduce las ganancias de la empresa y también los impuestos que debe pagar, haciendo menor el costo de los bienes. Esa reducción de impuestos en este caso se llama escudo fiscal por depreciación.
La depreciación no genera salida de dinero
La depreciación es un gasto, pero al ser una reserva (no se está gastando realmente) no representa una salida de dinero. Por ello se dice que tiene un efecto generador de efectivo, ya que la empresa tendrá más efectivo disponible para sus operaciones.
El escudo fiscal por depreciación es algo que una empresa tendrá que tener en cuenta al momento de decidir la conveniencia de comprar o arrendar, cuando se trata de activos. Los pagos por alquiler, aunque reducen las ganancias, no generan un escudo fiscal.
Claro que hay otros factores que entrarán en juego en esta decisión, como las tasas de interés y el tiempo que se requiera utilizar el equipo.
Resumen
Todos los gastos generan una reducción en las ganancias (siempre y cuando sean deducibles de impuestos) y por lo tanto, reducen también la cantidad de impuestos a pagar.
Sin embargo, hay algunos gastos que generan otros beneficios adicionales como el leasing, los préstamos en general y la depreciación. Ese beneficio recibe el nombre de escudo fiscal.
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Fernando says
Excelente aporte, deberían permitir copiar la información para tener como archivo pdf o Word para consultarla cuando sea necesario.